viernes, 14 de marzo de 2014

COROMANDEL - WAIKATO

Coromandel, con sus playas de aguas cristalinas, bosques nativos y ambiente relajado, es uno de los destinos turísticos más populares y queridos de Nueva Zelanda. Coromandel es todo lo que una gran ciudad no es. Envuelto en la selva y con playas de arena blanca deslumbrantes, es rústico, virgen y relajado. Puedes optar a actividades y atracciones abundantes, desde paracaidismo en Whitianga hasta una visita guiada en kayak alrededor de la costa.
Coromandel es un paraíso para los caminantes pero también para poder sentarse y  relajarse en una piscina caliente y burbujeante en Hot Water Beach.

La Península de Coromandel  está en el borde occidental del Golfo de Hauraki, es una estrecha franja de costa con una mezcla de naturaleza, es el lugar clásico de vacaciones de los neozelandeses.

Coromandel  es un lugar que no ha perdido su belleza natural, que no se ha echado a perder por el turismo. Con pistas para caminar que siguen los valles y las pendientes de las selvas del interior, también nos cuentan estos caminos historias de la minería del oro y de la explotación forestal de los kauris. A lo largo de 400 kilómetros de costa, las playas vírgenes nos ofrecen escenarios idílicos. Una especialidad de la zona son los mariscos que se “cultivan” de forma sostenible en alta mar como son las ostras, los mejillones y las vieiras.

Los pueblos antiguos maoríes que encontramos en la costa de Coromandel  evidencian algunos de los asentamientos más antiguos de la Polinesia de Nueva Zelanda. El explorador británico Capitán Cook, visitó Coromandel en 1769 para observar el tránsito del planeta Mercurio a través de la cara del Sol. Esta misión se conmemoró dando nombre a las playas como Mercury Bay y  Cook’s Beach. Atraídos por las descripciones de Cook de los árboles kauri los primeros colonos europeos llegaron para talar los bosques.  A finales de 1800 descubrieron oro en esta área, es el primer registro que se tiene de descubrimiento de oro en Nueva Zelanda. Entre 1862 y 1952 se produjeron 16 millones de toneladas de mineral de oro.

En la Península de Coromandel  podemos visitar Tangiaro Kiwi Retreat, que se encuentra en el corazón del santuario Moehau Kiwi, uno de los primeros santuarios del kiwi en Nueva Zelanda. Lo típico es sentarse por la noche en una terraza a escuchar al kiwi. También podemos visitar Te Whanganui  Hei que es una reserva marina que ha sido vedada durante 20 años y la vida marina está prosperando. Podemos ver focas, langostas, mantarrayas, pingüinos azules, delfines y orcas.

Imprescindible visitar Karangahake Gorge y su pasarela “Windows” que sigue la antigua línea ferroviaria Waihi, la playa de Cathedral Cove’s que aparece en la película Las crónicas de Narnia: El Príncipe Caspian y Hot Water Beach donde podemos disfrutar de jacuzzis naturales.


El nombre de Coromandel  tiene un origen indio. La HMS Coromandel fue la primera nave europea en traer colonos a esta región. Y la ciudad de Thames que es la puerta de entrada a la Península de Coromandel, actualmente con una población de 7.000 habitantes, una vez fue la mayor ciudad de Nueva Zelanda y llegó a contar con más de 100 bares.

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