Aranui Cave
se encuentra a tan solo 5 minutos en coche de las Waitomo Glowworm Caves. Lleva el nombre de Ruruku Aranui, el
maorí que descubrió esta joya en 1910 cuando perseguía unos jabalíes que se
habían perdido de un parque de la zona. Su perro persiguiendo a uno de ellos
desapareció. El resto de los perros llevaron a Ruruku hasta un agujero en la
colina. Se arrastró hasta dentro y descubrió una cueva. Aranui fue a Waitomo en
busca de la persona al cargo de las cuevas y ambos volvieron para
inspeccionarla más a fondo.
La Cueva de
Aranui es la más pequeña de las tres y probablemente la más delicada.
Es una cueva seca sin un rio que pase a través suyo y alberga muy poca vida más
allá de la entrada. Justo en la entrada hay una colonia de Wetas, unos insectos
nativos de Nueva Zelanda. La cueva cuenta con una colección de estalactitas,
estalagmitas, coladas y formaciones decorativas más sorprendentes del mundo.
Aranui Cave
se formó en una falla sísmica así que el agua de la lluvia que forma los
cristales de la piedra caliza entra abundantemente y no queda casi ninguna
parte del techo sin decorar por el goteo constante del agua, con formas
brillantes de color marrón pálido, rosa y blanco.
La Cueva de
Aranui es un lugar mágico, místico, que está lleno de mitos y leyendas
maoríes.
En febrero de 1911 Aranui
Cave fue inaugurada oficialmente por el Ministerio de Turismo.
Originalmente el nombre de la cueva iba a ser Ngutuhihi (pico del stitchbird o
hihi, pájaro endémico de Nueva Zelanda) pero al final el Ministro decidió
cambiarle el nombre y ponerle a Aranui
pues la pronunciación del nombre original era demasiado difícil.
A través de los años los guías han dado apodos afectuosos
a los muchos conglomerados calizos que se encuentran en la Cueva de Aranui, por ejemplo la entrada de la cueva es
conocida como la Carnicería por las formaciones con aspecto de oveja colgando
del techo (hay que echarle mucha imaginación). Además las cámaras estrechas
desvelan zanahorias, coliflores, quesos y chirivías, así como Blanca Nieves que
está acompañada por alguno más que sus siete enanitos.
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