Cuenta la leyenda que hace mucho tiempo, la tierra que se
extendía entre Hunua y Waitakere era plana.
Las personas que vivían en esta tierra eran los
Patupaiarehe, un pueblo de hadas. Pero entre ellos no se llevaban bien, así que
grupos de ellos vivían separados. Una iwi (tribu) vivía en la selva Waitakere,
en la costa oeste de Auckland, y la otra en el bosque de Hunua en el sur.
En las noches sin luna los miembros más jóvenes de los
dos iwi solían jugar, al amparo de la oscuridad del cielo se escapaban de sus
casas e iban en silencio al área de la otra iwi, y para probar que habían
estado allí tomarían un recuerdo simbólico.
Una noche Hui, el hijo de Waitakere, regresó de una
excursión con las manos vacías. Los otros jóvenes se burlaron de él. La noche
siguiente Hui volvió pero no regresó. Sus amigos se culparon mutuamente por no
haber cuidado mejor de él
Cuando el gran rangatira (jefe) Waitakere se dio cuenta
de que su hijo no estaba se enfadó y convocó a su tribu a la guerra. Cuando
estaban a punto de iniciar su canto de guerra vieron dos figuras corriendo
hacia ellos. Era Hui de la mano de una bella joven. Este es mi amor, mi
recuerdo simbólico. Cuando preguntaron quién era se dio a conocer como Wairere,
la hija de Hunua.
El Hunua Patupaiarehe se enfureció cuando se dio cuenta
que su princesa había desaparecido y su furia fue en aumento cuando se enteró
que estaba con el hijo del jefe Waitakere. Un grupo de guerreros partió para
recuperar a Wairere.
Cuando los guerreros Hunua se acercaron al poblado
Waitakere, el tohunga (sacerdote) les mandó unos hechizos y los guerreros Hunua
fueron cayendo muertos.
Mataaho (el guardián de los secretos de la Tierra) estaba
muy furioso con el tohunga por haber tomado parte de su magia sin su permiso y
despertó a su hermano Ruaumoko, dios de los terremotos y los volcanes y con su
ira combinada se abrió un agujero en la tierra donde cayó el tohunga y
desapareció para siempre.
El resto de los Waitakere huyeron para salvar sus vidas
pero Mataaho y Ruaumoko acabaron con todos. La locura provocada puede verse en
los volcanes de Tamaki.
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