El 26 de septiembre 1907, la colonia de Nueva Zelanda dejó
de existir. Nueva Zelanda se convirtió en un dominio dentro del Imperio
Británico. Desde hace unos años algunos neozelandeses celebran el “Dominion Day” el 26 de septiembre con
desfiles y actos públicos.
Cuando el primer ministro Sir Joseph Ward, leyó la
proclamación del estatus de dominio en los escalones del Parlamento el 26 de
septiembre de 1907, marcó un importante cambio simbólico en las percepciones de
Nueva Zelanda como nación.
Tal como el “Evening Post” relató sobre el primer
“Dominion Day”, Nueva Zelanda fue “una” en la “escuela de las naciones
británicas”. Fuera, en el extranjero
existe la noción de que Nueva Zelanda es simplemente la colita del gran
perro, pero el Primer Ministro con determinación comentó que la cola no se
debía pasar por alto ni ser despreciada de manera alguna.
Aunque el cambio de colonia a dominio no tuvo ningún
efecto práctico, Nueva Zelanda no fue ni más ni menos independiente de Gran
Bretaña de lo que había sido antes. El
Primer Ministro ejerció como tal y el término Diputados fue reemplazado por
Miembros de la Cámara de Representantes.
El 25 de noviembre de 1947, Nueva Zelanda, adoptó el
Estatuto de Westminster, que suprimía el derecho de Londres a legislar en los
dominios, que la convirtió en un miembro de la Mancomunidad Británica de
Naciones, a pesar de que en la práctica, el Reino Unido había dejado de jugar
un papel importante en el gobierno de Nueva Zelanda desde hacía tiempo.
En 1953 el nombre fue cambiado y adoptó el nombre de “Reino de Nueva Zelanda” y la reina
Isabel II es la actual jefa de Estado y tiene el título de “Reina de Nueva
Zelanda”.
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