Más de una década después de la primera película del
Señor de los Anillos, sus fans y los del Hobbit siguen viajando a Nueva Zelanda para disfrutar de
sus montañas, lagos, ríos y llanuras que fueron el telón de fondo de las
escenas de estas famosas películas.
En 1998 Jackson buscaba localizaciones para el proyecto
más grande de la historia, la adaptación al cine de las tres novelas de JRR
Tolkien, El Señor de los Anillos.
Después de recorrerse todo el país Jackson y su equipo, más
de 150 lugares diferentes de Nueva
Zelanda fueron elegidos para la filmación de la película.
Las colinas de Matamata se convirtieron en Hobbiton, Kaitoke Regional Park,
cerca de la capital Wellington, se convirtió en Rivendell y Queestown fue el
escenario de numerosas escenas incluyendo Eregion Hills y los Pilares de
Argonath.
Un gran número de constructores y paisajistas pasaron nueve
meses en el año 1999 en la granja Alexander en Matamata donde tenían el set de filmación.
Construyeron treinta y siete agujeros hobbit en la ladera
de la colina, un molino y un puente de doble arco en el borde del lago.
Se trajeron setos de agracejo y plantaron y cultivaron
nuevos jardines durante el invierno, trasladaron un roble de 26 toneladas de
otra granja cortado en segmentos y lo volvieron a montar con hojas artificiales
en el terreno que iba a ser Bolsón Cerrado.
El rodaje de la trilogía se realizó desde octubre de 1999
hasta diciembre 2000. Una vez finalizado el plató fue desmantelado pero el
entorno se convirtió en una atracción turística en Nueva Zelanda.
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