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jueves, 28 de noviembre de 2013

EL SEÑOR DE LOS ANILLOS – ESCENARIOS NATURALES


Incluso sin la magia de la técnica empleada por Jackson y su equipo para agregar características y estructuras a los paisajes existentes, la geografía única y diversa de Nueva Zelanda es lo más cercano a la Tierra Media y el mundo imaginario de Tolkien.

Más de una década después de la primera película del Señor de los Anillos, sus fans y los del Hobbit siguen viajando a Nueva Zelanda para disfrutar de sus montañas, lagos, ríos y llanuras que fueron el telón de fondo de las escenas de estas famosas películas.

En 1998 Jackson buscaba localizaciones para el proyecto más grande de la historia, la adaptación al cine de las tres novelas de JRR Tolkien, El Señor de los Anillos.

Después de recorrerse todo el país Jackson y su equipo, más de 150 lugares diferentes de Nueva Zelanda fueron elegidos para la filmación de la película.

Las colinas de Matamata se convirtieron en Hobbiton, Kaitoke Regional Park, cerca de la capital Wellington, se convirtió en Rivendell y Queestown fue el escenario de numerosas escenas incluyendo Eregion Hills y los Pilares de Argonath.

Un gran número de constructores y paisajistas pasaron nueve meses en el año 1999 en la granja Alexander en Matamata donde tenían el set de filmación.
Construyeron treinta y siete agujeros hobbit en la ladera de la colina, un molino y un puente de doble arco en el borde del lago.
Se trajeron setos de agracejo y plantaron y cultivaron nuevos jardines durante el invierno, trasladaron un roble de 26 toneladas de otra granja cortado en segmentos y lo volvieron a montar con hojas artificiales en el terreno que iba a ser Bolsón Cerrado.

El rodaje de la trilogía se realizó desde octubre de 1999 hasta diciembre 2000. Una vez finalizado el plató fue desmantelado pero el entorno se convirtió en una atracción turística en Nueva Zelanda.


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